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18.7.09

POLÍTICA MONETARIA

La política monetaria es una política económica que usa la cantidad de dinero como variable de control para asegurar y mantener la estabilidad económica. Para ello, las autoridades monetarias usan mecanismos como la variación del tipo de interés, y participan en el mercado de dinero.
Cuando se aplica para aumentar la cantidad de dinero, se le llama política monetaria expansiva, y cuando se aplica para reducirla, política monetaria restrictiva.

Política monetaria expansiva: cuando el objetivo es poner más dinero en circulación.

Política monetaria restrictiva: cuando el objetivo es quitar dinero del mercado.

Política monetaria expansiva

Cuando en el mercado hay poco dinero en circulación, se puede aplicar una política monetaria expansiva para aumentar la cantidad de dinero. Ésta consistiría en usar alguno de los siguientes mecanismos:
Reducir la tasa de interés, para hacer más atractivos los préstamos bancarios.
Reducir el coeficiente de caja (encaje bancario), para poder prestar más dinero.
Comprar deuda pública, para aportar dinero al mercado.

Política monetaria restrictiva

Cuando en el mercado hay mucho dinero en circulación, interesa reducir la cantidad de dinero, y para ello se puede aplicar una política monetaria restrictiva.
Consiste en lo contrario que la expansiva:
Aumentar la tasa de interés, para que el hecho de pedir un préstamo resulte más caro.
Aumentar el coeficiente de caja (encaje bancario), para dejar más dinero en el banco y menos en circulación.
Vender deuda pública, para quitar dinero del mercado cambiándolo por títulos.

La política monetaria del banco de México



La política monetaria que instrumenta el Banco de México básicamente tiene que ver con las tasas de interés. El objetivo inmediato del banco central es influir sobre el nivel de las tasas de interés en moneda nacional con el fin último de procurar un entorno de inflación baja, estable y predecible.
En particular, en el año 2000 el Banco de México decidió adoptar lo que se conoce como un esquema de objetivos de inflación para la formulación de su política monetaria. Actualmente, el Banco de México persigue de manera permanente un objetivo de largo que consiste en que la inflación anual se ubique en alrededor de 3%, con un intervalo de variabilidad de +/-1%. En otras palabras, que se mantenga entre 2 y 4%.
Para procurar que la inflación se mantenga en una trayectoria congruente con dicho objetivo de 3%, el banco realiza operaciones en el mercado interbancario adoptando como objetivo operacional una tasa de interés objetivo para la tasa de interés a un día en dicho mercado. El mercado interbancario a un día comprende las operaciones que los bancos comerciales realizan cuando se prestan dinero entre ellos a plazos de un día.
Con el fin de que la política monetaria sea lo más efectiva posible y para que sus modificaciones de política monetaria sean lo más predecibles posibles, el Banco de México establece al inicio de cada año un calendario de anuncios predeterminados sobre la tasa de interés objetivo. Actualmente, el Banco de México fija su objetivo para la tasa de interés 11 veces al año en los meses de enero a noviembre de acuerdo al calendario antes mencionado. Las decisiones de política monetaria persiguen como propósito que la inflación muestre una trayectoria congruente con el objetivo de inflación de 3%.
Por otra parte, a partir del último trimestre de 2008 el Banco de México publica sus pronósticos de inflación para los siguientes cuatro trimestres con el fin de dar mayor efectividad a la política monetaria. Cuando el Banco anuncia su tasa de interés objetivo, esto actúa como una señal a los participantes de los mercados financieros sobre la posible trayectoria de las tasas de interés en el futuro. Esto conduce a movimientos en otras tasas de interés de de corto plazo y a cambios en los precios de los activos como los bonos públicos y privados, y las tasas de interés aplicables a las tarjetas de crédito, autofinanciamientos, créditos hipotecarios, financiamiento a empresas, etc. Esto da lugar a una serie de eventos que afectan al gasto de consumo de las familias, las ventas, la inversión, la producción, el empleo, los salarios, las expectativas de inflación, y eventualmente, los precios al consumidor.
La economía tiene un límite a la cantidad de bienes y servicios que puede producir u ofrecer de manera sostenida en el largo plazo. Al Banco de México le preocupa que la demanda o gasto agregados sean excesivos o demasiado débiles en relación al potencial productivo de la economía. Cuando la demanda es mayor que el nivel de producción sostenible, surgen presiones para que la inflación comience a elevarse. Cuando el banco percibe que esto está sucediendo, trata de reducir la expansión de la demanda agregada mediante un aumento de su objetivo operacional para la tasa de interés.
La política monetaria no es una tarea fácil. En primer término, son muchas las variables que inciden sobre los precios. En segundo lugar, la política monetaria opera con rezagos que son inciertos y variables. En tercer lugar, el conocimiento de como las acciones de política monetaria se transmiten a los precios es imperfecto. Finalmente, toma tiempo para dichas acciones tengan un efecto sobre la inflación. Esto tiene como implicación que el banco central tiene que ser muy cauteloso en su diagnóstico sobre las presiones inflacionarias presentes y futuras, tratando de anticiparse a los hechos, con el fin de realmente estar en posibilidad de anclar el ritmo de crecimiento de los precios y las expectativas de inflación en un nivel bajo, estable y predecible. El reto para el Banco de México es consolidar la estabilidad de precios que tanto trabajo ha costado alcanzar. Esta es la única forma en que el Banco de México puede ganarse la confianza del público de que no reaparecerán brotes de inflación más adelante.

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